David Miranda no puede sostenerse de pie, utiliza pañales, su esposa sufrió un colapso el pasado fin de semana y está hospitalizada, su familia no se hacen cargo de ellos, desconoce en dónde se encuentran.
Afortunadamente su mejor amigo «cubi» no lo ha dejado solo ni un minuto, las noches y amaneceres más fríos han marcado en la sierra hasta -14 grados y ahí a estado su perrito para juntos mitigar el frío.
Don David dice que come lo que algún vecino le brinda, pero tiene días sin poder asearse, sin cambiar su pañal, no se vale por si mismo, tiene movimientos en espacios cortos, pide una cobija gruesa y un poco de leña.
«Cada que empieza a oscurecer creo que sería mejor no abrir los ojos al día siguiente, pero cada amanecer es Cubi quien me despierta y me hace sonreír, no se si mi esposa un día regrese, estoy encomendado a Dios , a Dios que lo cosco por mi perrito a través de él se que existe, que sea su voluntad » finalizó Don David con lágrimas en su cansado rostro.