Pobladores de aquel municipio y fuentes extraoficiales de la Fiscalía del Estado confirmaron la agresión, registrado ayer al mediodía cuando estaban por llegar al seccional.
De acuerdo con la información recabada, las víctimas fueron baleadas desde un cerro al lado del camino, cuando tripulaban una camioneta tipo pick up de doble cabina.
La seccional y el sacerdote católico resultaron con lesiones leves, pero este último requirió ser internado en el hospital de la cabecera municipal de Guadalupe y Calvo; la otra acompañante, no identificada hasta el cierre de esta edición, recibió un balazo en la mejilla, por lo que debió ser trasladada a un nosocomio en la ciudad de Parral, donde hasta anoche era reportada en condición delicada.
Este nuevo ataque a balazos se suma a la ola violenta que azota está región ubicada en los límites con el estado de Sinaloa, también conocida como el Triángulo Dorado del narcotráfico.
Desde los últimos meses del año pasado, una pugna entre los grupos del Cártel de Sinaloa y el Cártel de Juárez ha dejado decenas de personas muertas, además de que ha generado el desplazamiento forzado de más de 300 pobladores de diferentes comunidades en las que son constantes los enfrentamientos.
Además, en las últimas dos semanas de diciembre del año pasado, elementos de la Policía Estatal, del Ejército y la Guardia Nacional fueron atacados en emboscadas en las que utilizaron drones con explosivos contra las patrullas, pero dichos atentados no dejaron bajas mortales.
Después, los primeros días del comienzo de este año, en dos hechos separados sólo por algunas horas, fueron asesinados y colgados en el arco de bienvenida a la cabecera municipal tres hombres que previamente habían sido levantados y torturados en localidades del mismo municipio.
Pide Obispo cese la violencia
Luego de los hechos, por la noche, la Diócesis de Parral dio a conocer que el padre Lorenzo Medina, atacado a tiros junto con dos personas más, fue dado de alta luego de ser atendido en el hospital de Guadalupe y Calvo, por un balazo en el brazo.
El sacerdote funge como administrador de la Cuasi Parroquia de Nuestra Señora del Rosario, en Dolores, informó la Diócesis en el comunicado, en el que el obispo Mauricio Urrea pidió a las autoridades que cese el clima de violencia en la región.