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El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, planea firmar rápidamente una serie de órdenes ejecutivas después de asumir el cargo el 20 de enero, previendo que la política del país ha cambiado y que su presidencia se guiará por prioridades radicalmente diferentes a las del actual mandatario, Donald Trump.

De acuerdo a información suministrada por personas cercanas a su campaña, Biden se reincorporará a los acuerdos climáticos de París y a otros compromisos que ha asumido en los últimos meses, de igual manera revertirá la salida del presidente Trump de la Organización Mundial de la Salud. Revocará la prohibición a la inmigración de muchos países de mayoría musulmana y restablecerá el programa que permite a los “soñadores”, que fueron traídos ilegalmente a Estados Unidos cuando eran niñospermanecer en el país, según personas familiarizadas con sus planes.

Aunque las transiciones de poder siempre pueden incluir giros abruptos, el cambio de Trump a Biden será uno de los más sorprendentes en la historia de Estados Unidos.

Los principales asesores de Biden han pasado meses trabajando en silencio sobre la mejor manera de implementar su agenda. Han reunido un libro lleno de sus compromisos de campaña para ayudar a guiar sus primeras decisiones.

Biden planea crear un grupo de trabajo para abordar el tema del coronavirus el lunes, en reconocimiento de que la pandemia será el problema principal que debe enfrentar.

El grupo de trabajo, que podría comenzar a reunirse en unos días, estará copresidido por el ex cirujano general Vivek H. Murthy y David Kessler, ex comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos.

Pero quienes lo rodean, también han reconocido que es posible que tenga que apoyarse más en acciones ejecutivas de lo que esperaba. Podría reorientar algunas medidas y regulaciones federales, y puede adoptar una postura diferente en el escenario mundial.

Sin embargo, impulsar una legislación importante en el Congreso podría resultar un desafío.

Aunque los demócratas tendrán una mayoría reducida en la Cámara baja, la composición final del Senado aún no está clara. Eso se decidirá el 5 de enero, con dos elecciones de segunda vuelta en Georgia. Los demócratas tendrían que ganar ambas contiendas para tener el control efectivo del Senado, con la vicepresidenta Kamala D. Harris como voto de desempate, mientras que los republicanos conservarían una pequeña ventaja al ganar al menos una.

THE WASHINGTON POST[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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