Chihuahua.- «El estrés, la desinformación y el menor acceso a los servicios pueden aumentar el riesgo de violencia familiar, principalmente contra la mujer», advirtió la psicóloga Endira Elizet Montes Sánchez, adscrita al Centro Universitario Parral.

La especialista manifestó que conforme se establecen las medidas de distanciamiento y se pide a las personas que se queden en casa, es probable que el riesgo de violencia de pareja aumente.

Por ejemplo, dijo, la probabilidad aumenta enormemente conforme la familia pasa más tiempo en contacto estrecho y hace frente a un mayor estrés, junto a posibles pérdidas económicas.

La también maestra en atención a poblaciones en situación de vulnerabilidad, comentó que la interrupción de los medios de vida y la capacidad de subsistencia, incluidos los de las mujeres (muchas de las cuales son trabajadoras asalariadas informales), reducirá el acceso a los servicios básicos, lo que aumentará el estrés en las familias y puede agravar los conflictos y la violencia.

A medida que disminuyan los recursos, las mujeres pueden estar expuestas a un mayor riesgo de explotación económica. Las personas perpetradoras del maltrato pueden valerse de las restricciones implantadas debido al Covid-19 para ejercer poder y control sobre sus compañeras a fin de reducir aún más su acceso a los servicios, la ayuda y el apoyo psicosocial tanto de las redes formales como de las informales.

La especialista brindó algunos consejos para combatir el estrés en el hogar y adoptar las medidas que se deben tomar en caso de que usted o sus familiares sufran violencia:

Tenga presente que el aislamiento social, la cuarentena y el distanciamiento pueden afectarla a usted y al bienestar psicológico de su familia.

En la medida de lo posible, reduzca las causas de estrés al procurar: o buscar información en fuentes fiables y disminuir el tiempo que dedica al consumo de noticias (1 o 2 veces al día, en lugar de cada hora);

Pedir apoyo a sus familiares y amistades por teléfono, correo electrónico, mensajes de texto, etc.

Mantener las rutinas diarias y dedicar tiempo a realizar actividad física y a dormir; o hacer ejercicios de relajación (por ejemplo, respiración lenta, meditación, relajación progresiva de los músculos y ejercicios de conexión a la tierra) para mitigar los pensamientos y las emociones que causan tensión; y o realizar actividades que en ocasiones anteriores la hayan ayudado a superar momentos adversos.

Elaborar un plan de seguridad, en caso de que la violencia familiar. El plan incluye tener los números telefónicos de los vecinos, amistades y familiares a quienes pueden llamar o acudir en caso de necesitar ayuda; tener a mano los documentos importantes, dinero y unas cuantas pertenencias personales para llevarse consigo en caso de necesitar salir de inmediato de la casa; y planificar la manera de salir de la casa y pedir ayuda (por ejemplo, transporte y ubicación).

Tener los datos de las líneas telefónicas de ayuda, asistentes sociales, organismos de protección infantil, estación de policía más cercana,  albergues y servicios de apoyo accesibles.

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