Desarrollaron su mecanismo de contrabando, en el que tenían sus propios mecánicos de vuelos y se dedicaban a indroducir la droga que deriva de la marihuana por medio de sus avionestas desde Marruecos.
En 2019, identificaron en Marruecos que un piloto de un avión accidendado se hospedó en Sevilla, España, y encontraron que se reunían con personas que buscaban aeronaves para introducir cientos de kilos de hachís al país europeo.
En meses posteriores, la Guardia Civil obtuvo un alijo de 420 kilos de dicha sustancia en una avioneta procedente de Marruecos y detuvieron a sus dos tripulantes.
La «escuela de pilotos» tenía en su poder siete aeronaves: dos helicópteros y cinco avionetas, además del grupo de mecánicos y tenían lugares para ocultar los vehículos, como pistas clandestinas.
En total, detuvieron a 41 personas, incautaron 1.3 toneladas de hachís, cuatro aeronaves, tres armas de fuego, 78 mil euros en efectivo, manuales de vuelo y una plantación de marihuana.
Además, la Guardia Civil también tuvo conocimiento de que una rama de la organización introducía hachís por vía marítima y en junio de 2021 detuvo a cuatro personas e incautó de 750 kilos de hachís en las costas de Huelva.