Emilio Lozoya Austin, exdirector de Pemex, nunca pisó la cárcel a su llegada a Ciudad de México. Fue al hospital mientras que enviaron al Reclusorio Norte un señuelo para distraer.

De acuerdo a reportes de medios, a las 00:43 horas del viernes 17 de julio llegó Emilio Lozoya en el avión Bombardier Challenger 605 de la FGR, al Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, luego de que España lo extraditó.

Duró más de tres horas dentro del hangar del Gobierno de México, hasta que abrieron las puertas, de donde salieron siete camionetas, dos motos y una patrulla de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la FGR.

Entre los vehículos suponen que iba Lozoya. Pero a medio camino tres vehículos se desviaron.

Según cuentan representantes de medios y fotógrafos, llegó como estaba esperado el convoy de autos a las 4:00 de la madrugada al Reclusorio Norte. Entraron por el área de aduanas y no por donde normalmente ingresan los acusados que llevarán ante un juez de Control.

Fueron 17 minutos en los que tomaron fotografías. Lograron tomar imágenes a un hombre que vestía ropa, gorra, cubrebocas y chaleco antibalas. Era un señuelo.

‘El Universal’ indicó que funcionarios federales confirmaron que el hombre que llegó al Reclusorio Norte no era Emilio Lozoya, sino un distractor.

El montaje lo notaron porque el hombre tenía una apariencia muy diferente a Lozoya. Quien llegó era de piel morena y con bigote, distinto al exdirector de Pemex.

La maniobra tenía el fin de llevar a Lozoya al hospital por el cuadro de anemia que presenta. Indican que está en el Hospital del Pedregal y durará como una semana bajo tratamiento médico.

El exfuncionario nunca pisó la cárcel. Incluso trascendió que hay un acuerdo para colaborar con la FGR, por el cual no tendría que enfrentar la justicia y hasta le devolverían sus bienes.

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