Cdmx.- Al finalizar su visita oficial a México, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, se va sorprendida por la dimensión de violencia y de la crisis de violaciones a las garantías fundamentales que conoció. «México tiene cifras de muertes violentas propias de un país en guerra: 252 mil 538 desde 2006».

Esta tarde la funcionaria internacional ofreció una conferencia para cerrar sus actividades de trabajo en nuestro país, que iniciaron el 5 de abril. Hizo un balance de la situación que encontró, tras su encuentro con víctimas de violaciones a derechos humanos, integrantes de organizaciones civiles y representantes de diferentes instituciones y dependencias del Estado.

Enfatizó que si bien a nivel internacional y ella misma se conoce la situación que enfrenta México, las cifras que encontró son reveladoras.

«Para mí ha sido una sorpresa lo que he encontrado, sin duda el caso de Ayotzinapa se conoce bien por la prensa, pero los 40 mil desaparecidos no era algo que tuviera así de claro, o de los 26 mil cuerpos sin identificar (en los servicios forenses), o de diez mujeres asesinadas al día».

Bachelet afirmó que estos cinco días de intenso trabajo en México encontró una coincidencia entre todos los actores con los que dialogó: «Han reconocido que México tiene una crisis», pero destacó que hay coincidencia también en que esta crisis debe ser superada.

Aunque los reporteros insistieron en conocer su opinión sobre la afirmación del presidente Andrés Manuel López Obrador de que la Guardia Nacional tendrá un mando militar, Bachelet omitió responder las interrogantes en ese sentido, y destacó el acuerdo firmado esta mañana para la capacitación y operación de los elementos de esa corporación en materia de derechos humanos.

Afirmó que México vive un momento crucial . «Es un momento de transformación y de oportunidades que se ha abierto desde la llegada al poder del nuevo gobierno. El presidente Lòpez Obrador ha expresado su voluntad de implementar un cambio de paradigma: uno que asume la centralizada de los derechos humanos. Yo no sólo reconozco esta determinación, sino que muestro mi voluntad y la de mi Oficina en México de apoyarla».

Destacó también que la administración federal haya reconocido hace unas semanas que la búsqueda de los desaparecidos es una responsabilidad del Estado.

«La búsqueda de la verdad debe acompañarse de la consecución de la justicia. Las heridas si no están limpias no se curan. Las heridas abiertas del pasado y que perduran en el presente, necesitan verdad, justicia, reparación y medidas de no repetición. La sanación no será producto del tiempo, será fruto de la materialización de resultados concretos. Me agrada saber que el gobierno también lo cree y está dispuesto a caminar junto a las familias y abierto a recibir la asistencia internacional».

Otras de sus preocupaciones es el hacinamiento en las cárceles y el problema crónico de la tortura generalizada en los centros de detención del país, donde tres cuartas partes de los reos afirman haber sufrido malos tratos en detención. «De especial preocupación son las denuncias de tortura sexual sufrida

por mujeres en detención, dado que una de cada diez afirma haber sido víctima de violación durante ese proceso».

Bachelet hizo una serie de recomendaciones: que se concrete la visita del Comité contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas, solicitada desde 2013 y que se reconozca la competencia de dicho comité para recibir comunicaciones individuales.

También llamó a reforzar el Mecanismo de Protección a Defensores de Derechos Humanos y Periodistas; que se reciba a los relatores especiales y grupos de trabajo de la ONU que han solicitado visitar México; entre otros.

Destacó sobremanera la importancia de la sociedad civil organizada para la vida democrática de un país. «Puede tener varios roles importantes, desde el activismo hasta el acompañamiento de los grupos vulnerables».

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