Desde los años ochenta, los estados mexicanos que se sitúan en la frontera con Estados Unidos han vivido momentos de extrema violencia a causa de la lucha entre los cárteles que buscan dominar el trasiego de drogas hacia la unión americana.

Pero a raíz de la llamada “guerra contra el narco” desatada por el ex presidente Felipe Calderón, los estados fronterizos han sido protagonistas de eventos abominables, principalmente, tras la aparición de nuevos y violentos grupos ligados al narcotráfico y al crimen organizado.

Algunos de los hechos más recientes y que causaron un fuerte impacto mediático ocurrieron en Coahuila con el ataque en el municipio de Villa Unión, así como la masacre de nueve integrantes de la familia México-estadounidense LeBarón, ocurrida en los límites de Sonora y Chihuahua.

La mañana del pasado sábado 30 de noviembre, presuntos sicarios del Cártel del Noreste (CDN) a bordo de varias camionetas tipo Pick Up blindadas, algunas con ametralladoras montadas en la parte superior, salieron de Nuevo Laredo, Tamaulipas, y condujeron hasta Coahuila.

Informes policiales consultados por Breitbart Texas revelaron que el convoy tomó un camino rural sin pavimentar conocido como Brecha Santa Mónica para llegar a Villa Unión.

Una vez en el pueblo, los sicarios se dirigieron a la plaza central y dispararon al edificio de la presidencia municipal, cuya fachada tiene varios impactos de bala y vidrios rotos, al igual que la iglesia del poblado.

Durante el ataque, un grupo de policías municipales intentaron repeler las agresiones, pero los pistoleros los aventajaron e incendiaron varias patrullas de la corporación.

Las autoridades pidieron ayuda para lograr un despliegue masivo de agentes de la policía estatal y de Piedras Negras, Allende y otros municipios que acudieron para ayudar a los policías de Villa Unión. El enfrentamiento duró alrededor de dos horas, dejando un saldo de 14 muertos.

Horas después el gobierno estatal confirmó que hubo un nuevo enfrentamiento en el que se registraron más muertos. Hasta el momento se tienen reportados 22 personas fallecidas: 16 delincuentes, 2 civiles y 4 policías.

Coahuila había sido en los últimos seis años uno de los mejores ejemplos de pacificación del país. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el número de homicidios en el estado pasó de 1,160 en 2012 a 241 en 2018.

Según Alejandro Hope, analista y experto en temas de seguridad, la nueva ola de violencia probablemente se deba a la pelea que el último mes ha mantenido el Cártel del Noreste con el Cártel del Golfo y la policía estatal de Tamaulipas, en Nuevo Laredo.

La zona nororiental de Coahuila representa un punto clave para el tráfico de drogas y armas hacia los Estados Unidos. Además, debido a su geografía atravesada por brechas, permiten llegar hacia el resto de Tamaulipas sin pasar por la llamada “Frontera Chica”.

El CDN, escisión de Los Zetas, opera principalmente en el estado de Tamaulipas, pero en los últimos meses ha buscado extender sus dominios a los estados vecinos de Nuevo León y Coahuila.

El pasado 4 de noviembre ocurrió uno de los ataques más brutales que conmocionó a la sociedad mexicana y al mundo: tres mujeres y seis niños (dos de ellos bebés), miembros de la familia México-estadounidense Lebarón, fueron masacrados en un camino de terracería de Bavispe, Sonora, ubicada en los límites con el estado de Chihuahua.

Luego de serias deficiencias en la actuación de las autoridades locales, la Fiscalía General de la República (FGR) atrajo la investigación y le adjudicó el atentado al grupo criminal “La Línea”, vinculado al Cártel de Juárez.

“La Línea” con presencia en Chihuahua, se disputa la zona limítrofe con Sonora en donde opera el grupo criminal de “Los Salazar” y “Los Jaguares”, brazos armados del Cártel de Sinaloa, y los cuales están identificados como uno de los grupos más violentos y sangrientos de los últimos tiempos.

Chihuahua es uno de los tres estados ubicados en el llamado “Triángulo Dorado” mexicano, conocido a nivel internacional por tener una de las mayores concentraciones de cultivos de marihuana y amapola.

En los últimos años, la entidad fronteriza gobernada por el panista Javier Corral, ha enfrentado un resurgimiento de crímenes violentos. De acuerdo con la Fiscalía General de la República, ahí operan dos grandes cárteles: el del Pacífico (Sinaloa) y el de Juárez, pero en los últimos meses ha entrado a la disputa por el territorio el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Una de las zonas más golpeadas por el crimen organizado debido a la guerra entre “Los Salazar” y “Los Jaguares” con “La Línea” es el municipio de Madera, ubicado en la Sierra Tarahumara, en donde se han registrado decenas de ejecuciones.

A inicios del pasado mes de octubre, en blogs especializados en el tema del narcotráfico, circuló la información de que Francisco Arvizu, “El Jaguar”, líder de “Lo Jaguares”, habría sido abatido en un enfrentamiento que tuvo lugar en Las Pomas, en el Municipio de Madera, pero la información no fue confirmada por las autoridades.

Otras de las ciudades severamente afectadas por el crimen organizado son Ciudad Juárez y la capital estatal, Chihuahua.

A inicios de noviembre, en la ciudad fronteriza de Juárez, integrantes del grupo delictivo “Los Mexicles” una facción del Cártel de Sinaloa, incendiaron 15 camiones en varios sectores de Ciudad Juárez, lo que dejó un saldo de al menos nueve personas muertas y seis heridas, derivado de un operativo en el Cereso número 3 ubicado en esta ciudad fronteriza.

En total, los delincuentes realizaron 15 ataques similares en menos de diez horas, donde cinco personas fueron calcinadas en tres vehículos, informó la Unidad Municipal de Protección Civil (UMPC).

Este violento grupo estuvo relacionado a inicios del mes de agosto con el brutal asesinato de tres niñas en Ciudad Juárez. Las menores fueron acribilladas por un grupo de sicarios que les disparó en más de 100 ocasiones y terminó dándoles el “tiro de gracia” (un balazo en la cabeza).

De acuerdo con las autoridades estatales, fueron reclutados por el Cártel de Sinaloa para hacerle frente al Cártel de Juárez y constituir una fuerte defensa en contra de otras pandillas que se formaron al interior de las prisiones de El Paso.

Sin embargo, tras agruparse con la organización antiguamente dirigida por Joaquín el Chapo Guzmán, “Los Mexicles” se convirtieron en los principales perpetradores de delitos graves, como homicidio y extorsión.

Tiene una estructura casi militar que registra rangos como tenientes y sargentos. Según medios especializados en el crimen organizado, los integrantes se llegaban a comunicar a través de mensajes escritos en náhuatl a fin de hacer difícil la filtración del texto. Esta práctica se originó en las prisiones de Estados Unidos como una forma de evitar que los policías de las cárceles entendieran lo que hablaban.

“Los Mexicles” mantienen una fuerte disputa con otro grupo denominado “Artistas Asesinos” que también forman parte del Cártel de Sinaloa y pelean el control de los reclusorios en Ciudad Juárez, son conocidos también como “Doble A”. Sus rivalidades con otras pandillas como “Los Aztecas” generó en Juárez años de violencia.

Con información de Infobae.

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