Francia.- Uno de los cuatro querubines dorados que se encontraban en la clave de la bóveda de Notre Dame que se desplomó en el incendio de la catedral parisina ha sido hallado entre los escombros.

La figura se encuentra en buen estado, al menos la cabeza está intacta, según pudo comprobar ayer un periodista de « La Tribune de l»Art» que visitaba el templo en compañía de los arquitectos jefes de monumentos históricos Philippe Villeneuve y Rémi Fromont cuando se produjo el hallazgo.

«Un responsable de la empresa (de restauración) Pierre Noël llegó para dar una buena noticia: en los escombros de la bóveda y el marco que están siendo ordenados por los servicios del Ministerio de Cultura (en concreto por el Laboratorio de Monumentos Históricos y el Instituto Nacional de Investigación Arqueológica Preventiva (INRAP)), se acaba de encontrar uno de los cuatro querubines tallados y dorados que estaban en el cruce del crucero, en el oculus de la clave», informó Didier Rykner.

Los expertos se muestran ahora optimistas ante la posibilidad de encontrar los otros tres « putti» dorados entre los escombros que aún quedan por ordenar. Quién sabe. Otras piezas se han salvado «milagrosamente» de la tragedia.

Un robot ayuda en la búsqueda y clasificación de los montones de restos, bajo una gran carpa blanca frente a la catedral.

Estos querubines datan de la restauración de la catedral por Germain Boffrand en 1728-1729. La bóveda fue desmontada por Viollet-le-Duc en el siglo XVIII para construir la flecha y recolocada de nuevo, junto con los querubines.

Durante este primer mes tras el incendio, se han instalado dos «paraguas» temporales y redes de seguridad en la nave y el coro, según informa Afp. Se han consolidado los hastiales norte y sur y se han retirado las estautas que se encontraban en su interior. Los cuadros y otras obras de la catedral han sido guardadas. Solo los dos cuadros del crucero norte, de Guido Reni y Laurent de La Hyre, aún no han sido retirados porque la bóveda aún no ha sido asegurada del todo.

La fase de consolidación continúa. Los obreros que trabajan en distintos lugares de la obra -hasta 130 personas actualmente- deben llevar máscaras en el interior del edificio por el riesgo que supone la alta concentración de plomo.

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