La coordinadora de Salud Pública, doctora Brenda Ramírez Vega, destacó que la inadecuada limpieza de dichos lugares puede propiciar una serie de contagios, los cuales afectan principalmente a los menores de edad.
Destacó que la prevención comienza con medidas sencillas y efectivas: llevar un par de sandalias de plástico así como toalla de baño de uso personal; tomar una ducha breve antes de entrar al agua a realizar alguna actividad y no utilizar playeras, camisetas o trajes de baño demasiado grandes (por ejemplo, faldones en las mujeres), ya que ahí pueden alojarse bacterias o esporas de hongos.
Indicó que muchos hongos se incrustan en las telas y se depositan en el agua cuando se meten a nadar con ropa; por lo que recomendó utilizar trajes de baño cortos para evitar que la tela se infecte con esporas o bacterias que se puedan reproducir dentro del agua.
Al salir de la alberca, es necesario bañarse con agua y jabón, después secar el cuerpo con una toalla limpia y poner especial atención en las áreas donde se encuentran pliegues -entre los dedos de manos y pies-, asegurar que no haya humedad en el cuerpo y, si es posible, aplicar crema o pomada antimicótica.
En una aportación adicional, la doctora Ramírez Vega resaltó la importancia de no descuidar las medidas básicas de higiene en la preparación y consumo de alimentos. Realizar el lavado de manos y aseo de los alimentos así como el debido manejo de los mismos, ya que durante las horas de diversión pueden alcanzar temperaturas que aceleran la descomposición y proliferación de bacterias.
La doctora, finalizó sus recomendaciones pidiendo a la población derechohabiente acudir a la Unidad de Medicina Familiar (UMF) de adscripción, con el médico familiar, antes de comprar algún producto para la prevención o el tratamiento del hongo, por ejemplo, del pie de atleta, ya que según el tipo de piel de cada persona, la aplicación tópica puede causar otro tipo de alergias y resequedad.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]