La campaña del presidente pedía frenar la certificación de los resultados en Pensilvania, que debe hacerse mañana lunes, y reclamaba invalidar millones de votos emitidos por correo.
Los representantes de Trump argumentaban que la secretaria de Estado, la demócrata Kathy Boockvar, perjudicó al Partido Republicano al ayudar a votantes en condados de tendencia demócrata a arreglar formalidades en sus boletas para que estas no fueran descalificadas, cosa que, supuestamente, no hizo en condados más republicanos.
DEMOLEDORAS CRÍTICAS DEL JUEZ
Sin embargo, el magistrado, Matthew Brann, criticó que la campaña de Trump recurrió a «argumentos legales defectuosos y sin mérito, y a acusaciones especulativas». «En los Estados Unidos de América esto no puede justificar la supresión del derecho al voto de un solo votante, y mucho menos de todos los votantes de su sexto estado más poblado», escribió Brann.
Esta demanda era la última de gran calado que le quedaba activa en Pensilvania, y el abogado del presidente saliente, Rudy Giuliani, la defendió personalmente durante una audiencia el pasado martes.
LA CAMPAÑA SE DICE AGRADECIDA
Sin embargo, en un breve comunicado, la campaña del mandatario saliente expresó que “la decisión de hoy nos ayuda en nuestra estrategia de llegar rápidamente a la Corte Suprema. Aunque discrepamos completamente de su opinión, agradecemos al juez nominado por Obama por tomar esta decisión anticipada tan rápidamente y no intentar, simplemente, alargar la situación para dejarnos sin tiempo”.
Sin embargo, vista la colección de derrotas judiciales del equipo de Trump en Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Georgia, Nevada y Arizona, parece imposible que logre subvertir el resultado de las elecciones, y menos, antes de la fecha límite del 8 de diciembre.
EFE[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]