México.- Otra vez América está al borde del nocaut, otra vez necesita una remontada. Las Águilas no pudieron con el ímpetu de Morelia, un equipo con mucho empaque y -al menos en el juego de anoche- con un mejor estado moral y futbolístico que los azulcrema. Le gusta al conjunto de Pablo Guede rebelarse, le motiva que no le den como candidato y habla en la cancha; el 2-0 logrado en el juego de la semifinal lo tiene muy cerca de la final.

Y es que Morelia es un estado de ánimo, un equipo que juega a pecho descubierto, asume que debe ser lo más fuerte posible de local porque fuera de casa le tocará sufrir. El trabajo de Pablo Guede merece una nota alta, el entrenador argentino le ha inyectado valentía y atrevimiento a la monarquía. Tiene personalidad el conjunto purepecha y se bate mano a mano sin complejos.

Es verdad que lo que hizo América ante Tigres fue de lo que se habló en los últimos días, pero lo que logró Morelia ante León tuvo el mismo peso. En el juego de anoche, le tocó bailar con otro peso pesado y no se acomplejó; salió a buscarle la cara a las Águilas y las hizo pasar momentos de mucho apuro.

Se lanzó Morelia a la aventura, con un juego bien estructurado y de mucha intensidad, presionó a América y le impidió tener conexiones. Miguel Herrera repitió el mismo once que sorprendió en el Volcán, pero ahora las cosas no fluyeron como el sábado. Monarcas mordía en la salida, ganaba el medio campo e iba al ataque.

Ochoa entró en acción casi de inmediato, primero tapando un cabezazo de Sansores y luego desviando un tiro de Edison Flores. No se encontraba América; ni Giovani ni Ibargüen tomaban la pelota, hacían lo posible por bajar las revoluciones de los michoacanos, pero éstos no perdían aceleración.

Vino entonces una pelota a la espalda de la defensa, Mendoza ganó la posición y entró al área para servir a Aristeguieta, el venezolano empujó la pelota a placer al minuto 16. Intervino el VAR porque el abanderado vio un fuera de juego, pero el Quick estaba en buena posición y el gol subió al marcador.

Espabiló América, que se acercó más a trompicones que con buen futbol. Un tiro de Richard fue desviado y un remate de Viñas que tapó Sosa fueron sus cartas de presentación. Parecía que lo nivelaban las Águilas, pero en cuatro minutos Jorge Sánchez recibió dos amarillas y se fue expulsado. Cambiaba todo el orden del partido a los americanistas.

Miguel recompuso su defensa, prescindió de Ibargüen (extraviado igual que Giovani) y mandó a Carlos Vargas. Resistió América la presión de Morelia que buscaba aprovechar el escenario, pero las Águilas incluso tuvieron una clara para empatar cuando Viñas le bajó la pelota a Paul, pero el cabezazo del capitán fue débil y murió en las manos de Sosa.

En el complemento, Morelia aprovechó la necesidad de América de encontrar un gol. Y en un tiro de esquina a favor de las Águilas, montaron un contragolpe soberbio que acabó con Mendoza (de gran actuación) levantando la pelota sobre Ochoa y Aldo Rocha puso el 2-0 al 50’.

América estaba contra la lona y quedaba un mundo de partido. Roger y Córdova fueron los cambios con los que intentó rescatar algo, pero no le salió nada a los azulcrema, muy desconectados en todas las líneas. Morelia se lleva una buena ventaja para la vuelta, sin duda sufrirá en el Azteca, pero un gol suyo obligará a las Águilas a marcar cuatro. El domingo, alguno de los dos equipos consumará otra gesta.

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