Ciudad Juárez.- Lejos de sus familiares y de los lugares que dejaron para ir en busca de una mejor vida, decenas de migrantes han muerto en el último año entre Ciudad Juárez y el sector El Paso, sin alcanzar el llamado “sueño americano”.

Según datos de la Patrulla Fronteriza Sector El Paso, las muertes de migrantes en el último año han incrementado en un 290 por ciento, ya que mientras en el año fiscal 2020 perdieron la vida 10 personas tras haber cruzado la frontera, durante el año fiscal 2021, que comenzó el primero de octubre de 2020 y concluyó el 30 de septiembre de 2021, fueron 39 los migrantes muertos.

En Ciudad Juárez, de acuerdo con datos de la Fiscalía General del Estado, la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género (FEM) y seguimientos periodísticos, desde 2019 han perdido la vida al menos 14 migrantes: cinco durante 2019, dos en 2020 y siete más en lo que va de 2021, diez de ellos asesinados.

Sin embargo, para el sacerdote Francisco Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante de Ciudad Juárez, “la realidad supera a las cifras oficiales”, ya que políticas migratorias como el cierre de la frontera de Estados Unidos para la solicitud de asilo, la militarización de la frontera mexicana con elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Guardia Nacional (GN) y la violencia que se vive en esta ciudad, esconden una cifra negra de migrantes muertos, desaparecidos y secuestrados.

“Es difícil que se presente la realidad, y si la migración aumenta, aumentan los secuestros, las violaciones, las desapariciones y las muertes, y de muchos no nos damos cuenta”, lamentó el sacerdote, quien actualmente alberga a casi 400 migrantes en espera de una oportunidad de asilo en Estados Unidos. En los 23 espacios de asilo para personas en movilidad que existen en Ciudad Juárez, suman aproximadamente dos mil 500 los mexicanos y extranjeros instalados.

Según las cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), durante el año fiscal 2019 se realizaron 182 mil 538 detenciones de migrantes en el sector El Paso, 101 mil 355 durante el año fiscal 2020 y 135 mil 326 más durante el año fiscal 2021.

En el último año, un migrante murió por exposición al frío, seis más perdieron la vida en medio del desierto por exposición al calor, ocho murieron mientras viajaban en un vehículo y sufrieron un accidente, y los cuerpos sin vida de siete más fueron recuperados de extensiones de agua tras haber ingresado al vecino país.

También se localizaron los restos óseos de dos personas, y dos más murieron en otras circunstancias: uno de ellos al caer del muro fronterizo y otro encontrado ahogado dentro del río Bravo, cuando ya no llevaba corriente. En 13 casos más, la causa de muerte fue registrada como indeterminada.

Viajeros fallecidos en México

Del lado mexicano, la primera víctima se registró el sábado 20 de marzo, cuando fue encontrado el cuerpo de una mujer ecuatoriana de aproximadamente 20 años de edad en Los Arenales, a la altura del poblado de San Agustín. De acuerdo con la investigación de la FEM, se trató de un feminicidio.

El lunes 17 de mayo fue asesinado en la avenida Juárez el cubano Cristian San Martín Estrada al ser baleado en el lado derecho del cuello y ambos lados del pecho.

El isleño era solicitante de asilo político en el vecino país, pero el Gobierno de Donald Trump lo retornó a México para esperar su proceso migratorio bajo los Programas de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), al igual que 71 mil 020 extranjeros más.

Ante la cancelación de dicho programa por el Gobierno de Joe Biden, San Martín Estrada estaba a días de ingresar al vecino país cuando fue asesinado, informó la Agencia para los Refugiados de Naciones Unidas (Acnur) al lamentar su muerte.

El 13 de agosto, el hondureño Armando Tejeda perdió la vida después de caminar por cerca de dos horas entre los cerros de Anapra y Sunland Park, Nuevo México.

Viajaba con su primo, quien narró que se sentaron a descansar y quedó muerto, por lo que peritos forenses acudieron a la escena para recuperar su cuerpo de entre los cerros, apoyados por elementos militares y periodistas.

La madrugada del dos de septiembre pasado, la venezolana María Gabriela Franco Fernández, de 31 años, fue asesinada en el bar Nöje, ubicado en las calles Manuel Gómez Morín y Fresno del fraccionamiento Campestre.

La noche del mismo dos de septiembre otra mujer, de origen ecuatoriano, fue encontrada sin vida en el interior de un motel abandonado ubicado en las calles Ramón Rayón y Waterfill. De acuerdo con la necropsia realizada en el Servicio Médico Forense (Semefo), murió a causa de un infarto, edema agudo de pulmón y tromboembolia.

La tarde del 15 de septiembre, una pareja de 35 a 40 años de edad, de origen hondureño, fue asesinada en el interior de una vivienda ubicada en las calles Ejido Montes de Oca e Independencia de la colonia El Papalote.

En 2020 se registraron dos muertes de migrantes: la primera el 15 de agosto, cuando el cubano Félix Luis Ronal Ricard, de 56 años de edad, fue asesinado a balazos en mercado de segundas Los Herrajeros, ubicado en la colonia Chaveña. El originario de Camagüey, Cuba, había llegado un año antes con la esperanza de lograr el llamado “sueño americano”.

La segunda muerte ocurrió el primero de septiembre, cuando elementos de la Comisión Estatal de Búsqueda y la FEM rescataron en medio del desierto de Samalayuca el cadáver de una joven migrante originaria de Guatemala, quien murió cuando intentaba llegar a la frontera con su esposo y su niña de un año de edad.

El operativo de búsqueda comenzó tras la solicitud de ayuda del esposo, quien narró a las autoridades que debido, a que atravesaban el país sin documentos para acreditar su permanencia legal en él, decidieron rodear el punto de revisión conocido como “Precos” y atravesar el desierto de Samalayuca.

De acuerdo con la declaración del sobreviviente a las autoridades, la mujer de 27 años contaba con antecedentes de problemas de presión arterial y cuando caminaba en medio del desierto comenzó a sentirse mal y murió, por lo que él se vio obligado a dejar el cuerpo en medio de las dunas y continuar su camino hacia la frontera para atender a su bebé y pedir ayuda.

Las primeras cuatro víctimas de 2019 se registraron el tres mayo, cuando cuatro personas fueron asesinadas en una vivienda del fraccionamiento Riberas del Bravo; tres de ellas eran migrantes de origen hondureño, como Dunia Raquel Sánchez Villanueva, de 18 años.

El cuatro de julio de 2019, una mujer de origen hondureño fue encontrada sin vida en el desierto del ejido de Jerónimo, en la frontera con Santa Teresa. Según datos de la Fiscalía General del Estado, el cadáver de la mujer, de entre 25 y 30 años de edad, estaba junto a un matorral, tres kilómetros al sur del puente internacional Jerónimo-Santa Teresa.

Y el 18 de julio de 2019, el migrante isleño Osmany Baldemira Pavón, de 40 años, fue asesinado con arma blanca por otro migrante cubano tras una discusión en una vivienda de la intersección de las calles Espejo y Globo de la colonia Chaveña.

hmartinez@redaccion.diario.com.mx

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