Durante un recorrido, se puede observar a simple vista como el agua se encuentra por debajo de las marcas que deja el agua en el suelo y, a pesar de las restricciones para visitar os cuerpos de agua, una embarcación recorría la Presa Chihuahua.
En el Rejón la situación es similar, ya que se observa una cantidad menor de agua en comparación a los meses anteriores, cuando lucía con mayor cantidad a simple vista.
La presa Chuvíscar, como desde hace mucho tiempo, luce sucia, ya que ahí desembocan drenajes de casas que poblaron el cerro contiguo, además de los desechos que los vecinos del sector arrojan al agua.
De acuerdo al monitoreo de SINA, la presa Luis L. León acumula de 60 a 80 por ciento de su capacidad, la Francisco I. Madero un 100 por ciento y La Boquilla presenta entre 60 y 80 por ciento.
Los accesos a las presas de la capital se encuentran cerrados y hasta con objetos colocados en las entradas para evitar que ingreses visitantes en vehículos, sin embargo, los paseantes ingresan al cuerpo de agua a través de brechas que llevan hasta los cuerpos de agua.