[vc_row][vc_column][vc_column_text]Del Río, Texas., Estados Unidos cerró este domingo parte de su frontera con México en esta localidad, donde miles de haitianos instalaron un campamento, y repatrió en tres vuelos a más de 300 migrantes a Puerto Príncipe.

Aproximadamente una decena de vehículos del Departamento de Seguridad Pública se estacionaron cerca del puente internacional y del río donde los haitianos han estado cruzando desde Ciudad Acuña, Coahuila, hacia Del Río, Texas, desde hace casi tres semanas.

Al principio, los migrantes encontraron otras formas para cruzar la frontera en una zona aledaña hasta que fueron confrontados por las autoridades federales y estatales. Un reportero de The Associated Press vio que migrantes haitianos seguían cruzando el río hacia Estados Unidos, a unos 2.4 kilómetros al este del sitio anterior, pero a la larga fueron detenidos por agentes de la Patrulla Fronteriza a caballo y por policías de Texas.

Mientras cruzaban, algunos haitianos cargaban cajas llenas de comida sobre sus cabezas. Algunos se quitaron los pantalones antes de meterse al río. A otros no les importó mojarse.

Los agentes les gritaban a los que cruzaban el río para que se salieran del agua, la cual les llegaba a la cintura. Varios cientos de personas que cruzaron y estaban sentadas a lo largo de la orilla del río en el lado estadunidense recibieron órdenes para que se fueran al campamento ubicado en Del Río. “Vayan ahora”, gritaron los agentes.

Reuters vio a una docena de agentes de la ley en el lado estadunidense de la frontera, algunos a caballo. Un helicóptero del Departamento de Seguridad Pública de Texas sobrevoló en círculos, y se colocó una cinta amarilla que decía “línea del alguacil, no cruzar”.

El migrante Charlie Jean regresó a Ciudad Acuña desde los campamentos con el fin de conseguir comida para su esposa y sus tres hijas. Estaba aguardando del lado mexicano para que un restaurante le entregara una orden de arroz.

“Necesitamos comida para todos los días. Yo puedo no comer, pero mis hijas no”, comentó Jean, quien vivió en Chile durante cinco años antes de partir hacia Estados Unidos. Se desconocía si pudo volver al campamento.

El jefe de la Patrulla Fronteriza, Raul L. Ortiz, dijo ayer que 3 mil 300 migrantes ya fueron retirados del campamento de Del Río y fueron llevados a aviones o a centros de detención. Agregó que prevé que otros 3 mil de los aproximadamente 12 mil 600 migrantes que quedan sean devueltos en breve. El resto deberá ser retirado durante la semana, comentó.

La ciudad texana cuenta con unos 35 mil habitantes y se ubica a unos 230 kilómetros al oeste de San Antonio.

Las expulsiones expeditas fueron posibles gracias a un mandato de emergencia por la pandemia de coronavirus, el cual fue implementado por el ex presidente Donald Trump en marzo de 2020 y permite que los migrantes sean retirados del país inmediatamente sin darles la oportunidad de solicitar asilo. El presidente Joe Biden exentó a los niños que viajan sin compañía de un adulto de ese mandato, pero para el resto de los migrantes sigue en vigor.

De vuelta a Puerto Príncipe

Mientras, Tom Cartwright, del grupo de defensa Witness at the Border, que rastrea los vuelos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, dijo a Reuters que ayer tres aviones salieron de Texas, uno de Laredo y dos de San Antonio, llevando haitianos hacia Puerto Príncipe.

Las tres naves aterrizaron en la capital haitiana, cada uno con 145 personas a bordo, dijo una fuente. Según datos extraoficiales, sólo eran 327. A su llegada, decenas se formaron para recibir un plato con arroz, frijoles, pollo y plátano, al tiempo que se preguntaban dónde iban a dormir y cómo conseguirían dinero para mantener a sus familias.

Todos los deportados recibieron 100 dólares y fueron sometidos a una prueba de coronavirus, aunque las autoridades no planeaban colocarlos en cuarentena, comentó Marie-Lourde Jean-Charles, de la Oficina Nacional de Migración.

Un líder político cuestionó si la nación podía manejar un flujo de migrantes que regresan al país y dijo que el gobierno estadunidense debería suspender la repatriación.

“Tenemos la situación en el sur por el terremoto. La economía es un desastre y no hay trabajo”, señaló Mathias Pierre, ministro electoral, y añadió que la mayoría de los haitianos no pueden satisfacer sus necesidades básicas. “El primer ministro debería negociar con el gobierno estadunidense para que suspenda esas deportaciones en este momento de crisis”, puntualizó.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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