Una nueva caravana migrante partió ayer desde San Pedro Sula, Honduras, por lo que la crisis migratoria por la que atraviesa México se agudiza al recibir una cantidad cada vez mayor de centroamericanos, caribeños y africanos que buscan llegar a Estados Unidos, además de tener que mantener en el territorio a los solicitantes de asilo mientras el vecino del norte resuelve su situación.

Ni la negativa de EU para recibir a más migrantes ni el aumento en las detenciones y deportaciones que realizan ese país y México parecieron disuadir al millar de hondureños y salvadoreños que partieron entre la noche del martes y la mañana de ayer, tras ser convocados por redes sociales para integrar una nueva Caravana.

Mientras tanto, las detenciones por parte de la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) aumentaron durante febrero y marzo, alcanzando su mayor cifra en 12 años.

En febrero, la agencia de inmigración reportó 66 mil 884 detenciones, en tanto que en marzo la cifra se disparó hasta a 92 mil 607, de los cuales 76 por ciento son de El Salvador, Guatemala y Honduras.

México también endureció su política migratoria, y pese a que durante diciembre y enero se entregaron mas de 10 mil visas de visitante por razones humanitarias a las primeras caravanas migrantes, para marzo el gobierno federal paró este programa y no ha regularizado a más centroamericanos.

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