Estas cualidades podrían convertir al sargazo en el nuevo “oro rojo” del país, según dijeron científicos del centro Interdisciplinario de Investigaciones y estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CIIEMAD) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Dichas propiedades tienen beneficios en la industria cosmética, así como en el desarrollo de energía, pues se ha descubierto que al igual que otros residuos orgánicos, la microalga que llega a las playas mexicanas es fuente de biometano.

De un sustrato de sargazo se puede obtener metano que es un combustible no fósil, por lo que se convierte en “energía renovable”.

Consideraron importante construir en el estado de Quintana Roo digestores, o plantas de procesamiento de materia orgánica, de tal forma que si un año no llega sargazo, se puedan seguir aprovechando con todos los desechos orgánicos de la población, toda vez que el energético surge de materia orgánica, aunque se potenciaría con el sargazo.

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