Chihuahua.- En un lapso de 23 días cinco mujeres fueron localizadas muertas en diferentes puntos de la ciudad de Cuauhtémoc y mientras la autoridad encontraba a dos de ellas el 20 de agosto, el asesinó victimaba a otra que sería localizada hasta el 25 del mismo mes, pero que según los resultados de la necropsia, fue degollada el día 20.

Estaban a 12 minutos y 5.5 kilómetros de distancia. La muerte de las 5 féminas tiene similitudes reconocidas por la autoridad investigadora y el presunto responsable podría tratarse de un asesino serial, quien a pesar de sus crímenes continúa en libertad.

Según el criminólogo José Corral, el homicida tiene las particularidades de un asesino serial debido a las características que prevalecen prácticamente en todos los casos.

Alicia, Dulelia, Miriam, Olivia y la 5ª víctima tienen en común no sólo el haber muerto degolladas sino que todas presentan datos de violencia sexual, huellas de violencia extrema, edad que oscila entre los 30 y 40 años (excepto Olivia que tenía 60) y el hecho de haber sido abandonadas y sus cuerpos cubiertos con maleza con el objetivo de “esconderlas”.

Además, una de ellas está confirmada como de la etnia indígena y otra tiene rasgos, de las restantes aún no es posible establecer nada en ese sentido.

Corral explica que desde el exterior, puede verse que son mujeres con ciertas similitudes físicas y aparentemente en condiciones de vulnerabilidad, lo que las coloca como víctimas potenciales para un depredador de este tipo.

“Son víctimas vulnerables y la vulnerabilidad es lo que da pie a que sea un asesino serial porque las considera débiles, por eso las escoge, por eso siente que es más sencillo llevar a cabo sus fines. Son personas sumisas y que en un momento dado, sus familias quizá no hacen tanta presión para que se esclarezca el caso”.

Las cinco víctimas presentaron datos de violencia sexual confirmó este miércoles la titular de la Fiscalía Especializada de la Mujer –FEM- en el estado, Wendy Chávez.

“Si consideramos la violencia sexual como el hecho de que estaban desnudas de la cintura para abajo, sí la hay. En dos de los casos consideramos positivo el tema de la violación sexual y en los 3 restantes no es posible determinarlo porque estaban en descomposición. Pero finalmente por el hecho de la semidesnudez para nosotros eso es indicio de violencia sexual”, indicó.

Para el criminólogo Corral la violencia sexual es una de las peculiaridades de un asesino serial cuya personalidad suele ser convincente y amable con sus víctimas. “Un serial con fines sexuales es una persona manipuladora, seductora, por lo que en muchas ocasiones las víctimas se van con ellos por decisión propia. No son forzadas en su primera relación porque las convence, se las lleva y luego concreta su objetivo”.

El experto explicó que este tipo de personas, aunque pueden parecer normales, tienen parafilias que crecen, se agudizan o evolucionan con el paso del tiempo hasta que se presenta un factor detonante que los lleva al asesinato.

“Pueden empezar como vouyeristas, cometen actos de tocamientos indebidos, abuso sexual y van avanzando hasta el grado de cometer una violación y para ocultar el crimen privan de la vida a la víctima. El asesino tiene todo preparado para realizar su acto, enfrenta una psicopatología fuerte y generalmente actúa solo porque es muy complicado que encuentre una persona con sus mismas características.

Llevan una vida social hasta cierto punto normal y siempre están aislados de los demás. Tienen un factor predisponente desde niños, algo que vieron en su casa, un sentimiento negativo hacia la mujer que pudiera ser su madre, una persona de su entorno o alguien con quien se relacionó. Quizá fueron abusados.

Durante la infancia presentan rasgos de sadismo casi siempre dirigido a los animales porque estos son vulnerables y desde allí empieza la agresión hacia los grupos vulnerables.

Por eso la mayoría de ellos escogen mujeres humildes, de fácil acceso, con problemas económicos, etc. Pueden ser mujeres indígenas o de estratos económicos bajos. Hay factores predisponentes que puede tener reprimidos durante años y en algún momento se presenta un desencadenante, algo ocurre y de pronto revienta aquello y empiezan a asesinar”, explicó.

El pasado 27 de agosto, la titular de la Fiscalía Especializada de la Mujer en Cuauhtémoc, Ana Murga, confirmó a medios locales que sumaban cinco casos en el citado mes y que presentaban signos similares entre sí. De acuerdo con Murga, se trataría de una o varias personas involucradas en los homicidios.

El especialista en Criminología abundó en que actualmente, el acceso a la pornografía es muy sencillo así como a las series de televisión donde se presentan homicidios o crímenes sexuales, que influyen en quienes los ven. Peor aún, si el espectador es una persona que tiene factores predisponente y ve algo en la televisión con las características mencionadas, eso puede convertirse en el detonador que su mente requería.

“Las series de televisión influyen mucho en las personas. Si sale algo parecido a lo que el asesino vivió puede ser el detonante que permite que salga todo lo que trae guardado. Es multifactorial y no se puede encasillar a la persona porque todos somos diferentes, pero suele ocurrir”.

Además dijo, en ocasiones dichos personajes tienen problemas de erección, eyaculación precoz y/o dificultades para tener satisfacción sexual por lo que es en el momento de que someten a la víctima cuando empieza la satisfacción para ellos, por eso requieren atención. Corral dijo que –sin tener conocimiento a fondo de la/las carpetas de investigación- por lo que se ve “desde afuera del caso”, sí pudiera tratarse de un asesino serial con fines sexuales o en su defecto, un imitador que trata de desviar la atención.

Por ello, enfatizó, es necesario revisar muy bien la escena del crimen, los cuerpos y realizar un trabajo interdisciplinario. El estudio del escenario en base a una perfilación criminal”, es el punto de partida.

En este contexto la fiscal Wendy Chávez aseguró que sí hay avances en la investigación, pero aun nada concluyente y se trabaja en darle un puntal seguimiento a los casos.

Alicia, Dulelia, Miriam, Olivia y la 5ª víctima forman parte de las 214 mujeres asesinadas en la entidad al cierre del 30 de agosto del 2021, de las cuales 57 fueron registradas en la zona centro, 129 en la zona norte, 18 en la zona occidente y 10 más en la zona sur. De las 214 víctimas, 130 fueron liquidadas por arma de fuego, 7 murieron por traumatismos (golpes), 31 por estrangulamiento, 1 por sumersión, 8 por asfixia, una por quemaduras y 35 más a consecuencia de heridas con arma punzocortante como ocurrió con las degolladas de Cuauhtémoc.

sochoa@diarioch.com.mx

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