María Rosa es una mujer adulta mayor de la etnia rarámuri. Tras migrar de Carichí hasta la urbe trae en sus manos la destreza y el conocimiento de la artesanía rarámuri que vende en su pequeño puesto como una opción de vida, a pesar de su avanzada edad.

“Yo vengo de Huahuachérare, en el municipio de Carichí. Yo lo que vendo son wares, monitos, pulseras y tortilleros. Los hago todos con las manos”, declaró la mujer, también madre de cuatro hijos, y quien dijo que emigraron de la Sierra buscando mejores oportunidades, en este caso para vender su artesanía en la ciudad.

Su puesto está ubicado en el cruce de las calles Víctor Hugo Rascón y Guadalupe Victoria, donde coloca su mesita plegable cubierta con un mantel y exhibe sus productos, que debe cargar diariamente desde su casa hasta este punto.

Para María Rosa las artesanías son una parte primordial de su cultura, cuyas técnicas de tejido y tallado, entre otras, han pasado por varias generaciones.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *