Un total de 104 personas han sido sacadas con vida de los escombros de 17 edificios derruidos en la ciudad, según reportó esta mañana el vicepresidente del gobierno turco, Fuat Oktay, en una conferencia de prensa en Esmirna.
“De 940 heridos, 722 han sido dados ya de alta en los hospitales y 218 continúan bajo tratamiento médico», se sostiene en un comunicado de la Autoridad de Gestión de Emergencias y Desastres (AFAD).
«Las tareas de búsqueda y rescate continúan en ocho edificios de Esmirna», añade la breve nota.
La situación ha llegado a tal punto que equipos de mineros de Soma decidieron interrumpir la huelga, la cual los enfrenta a autoridades y empresarios de minas de carbón en Turquía, para trasladarse a Esmirna.
«Trabajamos en dos equipos. Hace dos horas sacamos un cuerpo sin vida. Es muy doloroso. Sabemos que sigue habiendo gente bajo los escombros, pero no sabemos exactamente cuánta», dijo Ramazan Atak, uno de los mineros.
Los mineros se coordinan con los bomberos para retirar con cuidado los escombros y analizar el área para saber si alguien se encuentra atrapado. Bayrakli es el barrio más afectado por el terremoto.
En ese lugar se han derrumbado diecisiete edificios, donde los rescatistas han parado tres horas para descansar. Miles de personas han tenido que dejar sus casas por daños estructurales en sus edificios.
Hasta el momento no hay una estimación oficial sobre el número de personas que aún están desaparecidas, los equipos de emergencia estiman que faltarían por localizar una treintena de víctimas entre los escombros, según dijo a la prensa local el especialista en salvamento Muhammed Zahiroglu.
El terremoto se produjo el viernes por la tarde en el mar Egeo, al suroeste de Esmirna, la tercera mayor ciudad de Turquía, y cerca de la isla griega de Samos. Fue tan fuerte que se sintió hasta en Estambul y Atenas.
Además, provocó un minitsunami que inundó las calles de Seferihisar, ciudad turca situada cerca del epicentro, y barrió las costas de Samos.
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