Miles de agricultores de la región Centro-Sur tomaron las instalaciones de la presa luego de sorprender a oficiales de la Guardia Nacional apostados en el lugar.
Una comitiva conformada por casi cinco mil agricultores, atacaron desde dos frentes a los efectivos tras rodear e ingresar desde un poblado aledaño.
Al ser tomados por sorpresa, los miembros de la Guardia Nacional tuvieron que seder y los campesinos quemaron camiones, casas de campaña, pertenencias y hasta baños portátiles de los oficiales.
Según versiones, los 30 elementos fueron obligados a huir a pie y fueron «arreados» a caballo hasta un punto en el que serían recogidos por sus compañeros.