Ciudad de México.- El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que las exigencias de la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, para definir una política migratoria no son más que politiquería.

Desde Palacio Nacional, el Mandatario federal arremetió contra la panista y sostuvo que sus reclamos, para atender la crisis humanitaria en la frontera, están motivados por sus aspiraciones presidenciales, con miras a 2024.

«Con todo respeto a la señora gobernadora, está haciendo politiquería, porque también tiene aspiraciones, es también de los precandidatos a la presidencia, que ya son como 100, los del bloque conservador, ojalá y no se vayan a rasguñar mucho», expresó.

«Por eso, este tipo de declaraciones, o sea, para contextualizar y nosotros estamos atendiendo a los migrantes y lo vamos a seguir haciendo».

Ayer, la gobernadora de Chihuahua y el delegado del Gobierno federal, Juan Carlos Loera, se enfrentaron por la crisis migratoria que vive la entidad.

Los funcionarios se confrontaron durante la Mesa de Seguridad, donde la Mandataria local exigió a la Federación frenar el flujo de extranjeros.

«Ante la gravedad del fenómeno migrante, con miles de personas desesperadas, sin recursos para solventar sus necesidades más elementales de salud, de un techo para resguardarse, de búsqueda de alimentación, y de si quiero un vaso de agua, lanzamos esta exigencia el día de Gobierno», dijo.

En respuesta, Loera prácticamente acusó a la Gobernador de extracción panista de pedir una política migratoria represora.

«Ella esperaba escuchar que en el gobierno federal hay una política del garrote contra las personas , por el hecho de ser migrantes», comentó.

La confrontación entre los gobiernos federal y de Chihuahua se ha acrecentado a raíz del incendio del 27 de marzo pasado en una estación migratoria en Ciudad Juárez, que dejó 40 muertos y 26 heridos.

En su momento, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, acusó a las autoridades estatales de haber difundido el video en el que se aprecia que personal del Instituto Nacional de Migración y de vigilancia privada mantuvieron encerrados a los migrantes, a pesar de la conflagración.

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