La figura de un decano tarahumara se eleva impresionante en lo alto de la montaña, entre pinos que rodean un complejo de cabañas en el Pueblo Mágico de Creel. 

El ‘Guardián rarámuri’ fija su vista en el horizonte, levantando con la mano derecha la sonaja que acompasa las danzas de su pueblo, y en la otra, un bastón de mando que se apoya en esa tierra milenaria.

La escultura de concreto, ícono ya de la sierra de Chihuahua, fue develada hace pocos días con la participación de comunidades rarámuri y sus gobernantes, artistas y directivos del Grupo Befued, empresa juarense que le apuesta al turismo en el estado y apoya desde su trinchera a esta gran etnia.

Grupo Befued desarrolla el santuario en donde se sitúa el “Guardián Rarámuri”, área en la que se encuentra su complejo Cabañas Sierra Rarámuri –antes Las Nubes-.

Dick Rivas da vida al ‘Guardián Rarámuri’

En ese punto elevado que queda por encima del Pueblo Mágico, el reconocido artista colombiano Dick Rivas se puso a trabajar junto a un equipo de ocho nativos para poner de pie a su creación.

“Es la segunda obra que hacemos, en esta duré 25 días porque las obras mías son de un momento a otro, son muy explosivas, nacen desde un sentir y un pensamiento que se manifiesta rápido, y está en un parque que busca manejar un tema cultural enfocado hacia la comunidad rarámuri”, indicó el escultor, pintor y muralista, también creador del “Guardián del desierto”,  obra que se localiza en el complejo campestre Desert Ranch, en Samalayuca, a unos 30 minutos de Ciudad Juárez.

Quien ha diseminado su arte en Brasil, Honduras, República Dominicana, Venezuela, Colombia, Estados Unidos y México, llegó a la Sierra Madre Occidental para sorprender con su arte ancestral, biodiversidad y aportar con su trabajo al reconocimiento de la grandeza del pueblo tarahumara.

“La sierra no la conocía, fue difícil por el tema del frío, salía temprano a trabajar y tenía que meter las manos en una cubeta de agua congelada, pero fue un reto muy bonito. Llegar ahí y encontrarme con esta comunidad rarámuri y con las manifestaciones de su convivencia”, compartió.

“La obra vino a mover muchas cosas, vivimos un momento muy especial porque se sintieron realmente identificados. Lo que yo quería era eso, que se reunieran, que hablaran, que se abrazaran y que volvieran a unirse para danzarle a la lluvia, al sol, para que el mismo territorio no pierda su fuerza”, destacó el artista.

El ‘Guardián rarámuri’ pesa 35 toneladas y mide 8.75 metros de altura, 13 en total si se considera la base.

Además del bastón y la sonaja, la obra tiene otros elementos muy representativos, como un sol en el pecho “que simboliza al gran padre que ha venido a iluminar a sus hijos”. “Por debajo tiene un abertura de un lado a otro que es como un portal que te lleva a trascender, a dejar el pasado atrás y renacer como hijo del sol con una nueva visión”.

Paraíso de armonía 

Con la idea de hacer una contribución que va más allá de la generación de empleos, el Grupo Befued desarrolla un parque dentro del complejo Cabañas Sierra Rarámuri, justo donde está la monumental figura.

“Creel tiene mucha riqueza en cultura y naturaleza para ofrecerle a los turistas, estamos en un área que colinda con el ejido de San Ignacio que es reserva natural en territorio rarámuri. Esta área turística se caracteriza por tener una vista hermosa y queremos respetar el lugar y dar a conocer la sabiduría ancestral que ellos protegen”, dijo Benjamín Fuentes, director de grupo.

Contrario a lo que ocurre en otros puntos del poblado, donde las fiestas trastocan la armonía del escenario con el alto volumen de la música, en el desarrollo se propone otro tipo de entretenimiento, uno más familiar, cultural y de respeto.

“Tratamos de ofrecer un espacio para estar en plan armónico. Queremos que el parque Guardián Rarámuri sea un santuario para que vengan las familias a disfrutar de la naturaleza y a conocer la cultura”, destacó. 

El conjunto de cabañas suman siete, con una capacidad para 56 personas, y a un lado, la construcción del parque ya inició con miradores, fogateros, mobiliario, así como con la develación de la escultura.

Adelantó que el plan de expansión contempla habitaciones de hotel, temazcal, baños, área infantil y la infraestructura para que los rarámuris tengan espacios para vender sus productos.

Agregó que tanto las personas que se hospeden en las cabañas como las que vengan sólo a visitar el parque vivirán una verdadera experiencia en un encantador escenario natural. Para ello, se contempla colocar un escenario para la realización de danzas y rituales, además de venta de alimentos y artesanías.

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