Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol, negó este viernes que fuera a renunciar a su cargo, como se había especulado el día anterior.

El dirigente está en el centro de una fuerte polémica después de darle un beso a Jenni Hermoso, jugadora de la selección femenina de fútbol de España, que el pasado domingo se coronó campeona en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda.

El hecho ocurrió durante la ceremonia de premiación a la selección española.

«¿Es tan grave para que yo me vaya, habiendo hecho la mejor gestión del fútbol español? Pues les voy a decir algo: no voy a dimitir. No voy a dimitir, no voy a dimitir», dijo Rubiales este viernes en la Asamblea Extraordinaria de la entidad.

El beso fue interpretado por muchos como un comportamiento indebido por parte del representante institucional del fútbol español. Tras las declaraciones de Rubiales a dejar su cargo, Hermoso negó de forma enfática que se hubiera tratado de un beso consentido.

«Quiero aclarar que en ningún momento consentí el beso que me propinó», dijo la futbolista en un comunicado divulgado por la Asociación de Futbolistas Profesionales (FutPro).

El comunicado fue firmado por más de 80 jugadoras, incluyendo a todas las que formaron parte de la selección ganadora del Mundial, y en el se solicita que los poderes públicos tomen «medidas contundentes» para que estos hechos no queden impunes.

Las deportistas aseguraron que no volverán a jugar con la selección española -en caso de ser convocadas- mientras permanezca la actual directiva.

El gobierno español anunció el viernes que inició los trámites para suspender a Rubiales.

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