Un día 4 de noviembre, pero de 2019, la comunidad Lebaron quedó enlutada luego de ser víctimas de una masacre, la cual fue protagonizada por miembros del crimen organizado quienes atacaron a tres mujeres y 14 niños pertenecientes a la familia mexicoestadounidense de credo mormón. Tras el atentado nueve de ellos murieron.

“Este hecho nos lastima, nos duele; nos duele la impunidad y que no haya justicia; duele que aunque hayamos sido víctimas de la ola de violencia se nos criminalice y se nos revictimice cuando en realidad, la autoridad no ha hecho nada y nosotros somos las víctimas”, expresó Adrián Lebaron, padre de Rhonita, una de las víctimas.

El hecho que conmocionó a todo el mundo ocurrió en una brecha del municipio de Bavispe, Sonora. Dos de las mujeres iban a visitar a sus parientes en Galena, Chihuahua, y otra planeaba encontrarse con su esposo en el aeropuerto de Phoenix, Arizona; sin embargo, esto no fue posible.

De acuerdo con los datos proporcionados por el entonces secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, la familia de 17 miembros salió por la mañana de la comunidad de La Mora, en Bavispe, en una caravana de tres vehículos tipo SUV.

Fueron interceptados cerca de la 1:00 de la tarde en un camino de terracería, entre las comunidades de San Miguelito, Sonora y Pancho Villa, Chihuahua, por un grupo del crimen organizado que abrió fuego contra los tres vehículos.

Una de las camionetas, conducida por Rhonita María Miller de 30 años y sus hijos, dos de ellos de meses, quedó completamente incendiada.

En total fueron nueve muertos, Rhonita, Howard Jacob Miller Jr., de 12 años; Krystal Bellaine Miller, de 10 años; Titus Alvin Miller, de 8 meses; Tiana Gricel Miller, de 8 meses; Christina Marie Langford Johnson, de 29 años; Dawna Ray Langford, de 43 años; Trevor Harvey Langford, de 11 años y Rogan Jay Langford, de 2 años.

A la fecha hay al menos 33 detenidos por estos hechos, pero sólo uno de ellos, Fidencio González Esparza, alias “El Janos” ha sido sentenciado. Fue en mayo pasado cuando se le impuso una condena de 12 años de prisión, pero por los delitos de delincuencia organizada y posesión de cartuchos para armas de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, más no por lo asesinatos.

El hoy sentenciado confensó que pertencía al grupo delictivo de La Línea, dedicado también al narcotráfico en el estado de Chihuahua y parte de Sonora cuyo líder, Roberto González Montes, “El Mudo” o “El 32”, también está detenido desde noviembre de 2020.

En el aniversario de los hechos, los Lebaron viajaron a la Ciudad de México para estar en el Senado y hacer memoria de las víctimas, así como exigir justicia. Posteriormente irán a Guerrero en donde donarán víveres para los damnificados del huracán “Otis”, el cual dejó más de 40 muertos.

Fundaron su colonia en 1924

La familia Lebaron pertenece a la Iglesia del Primer Nacido, una escisión fundada en Chihuahua en 1924 de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Los primeros colonos llegaron a México huyendo de la prohibición de la poligamia instaurada en el seno de la iglesia mormona en 1890.

Entre ellos, llegaron Joel y Ervil Lebaron, quienes fundaron en 1955 la iglesia del Primogénito de la Plenitud de los Tiempos; vivieron en una granja que bautizaron como “Colonia Lebaron” y la comunidad, que prosperó en la región principalmente con la producción de nueces, vivió de forma aislada en la zona manteniendo el inglés como principal idioma.

Ervil murió en una prisión de Utah, Estados Unidos, tras haber sido acusado del asesinato de varios de sus rivales dentro de la iglesia. Según ciertas versiones, este hombre, incluso mandó a matar a Joel luego de haber creado una nueva iglesia.

Víctimas de la guerra contra el narcotráfico

En 2009 y en el contexto de la guerra contra el narcotráfico en México, los miembros de la familia Lebaron se hicieron internacionalmente conocidos debido al secuestro de uno de sus miembros.

Fue en ese año cuando el apellido Lebaron llegó a los titulares de los medios mexicanos; el secuestro, se trataba de Erick Lebaron, quien en ese entonces tenía 17 años y por quien se exigió un millón de pesos por su liberación.

La comunidad, encabezada por Julián Lebaron, hermano de la víctima, anunció públicamente su decisión de no pagar el rescate y se manifestó tanto en medios nacionales como internacionales contra la creciente inseguridad de la región durante la llamada “guerra contra las drogas” que declaró el entonces presidente Felipe Calderón.

Una semana más tarde Erick fue liberado, sin embargo, meses después, Benjamín, el hermano de Erick, y Luis Widmar Stubbs, su cuñado, fueron secuestrados y posteriormente asesinados.

Los responsables colocaron una manta frente a sus casas en la que indicaban que el asesinato era en respuesta al activismo de la familia contra la inseguridad.

Desde entonces, su familia cuenta con protección federal. Después de esos dos asesinatos, Julián se convirtió en uno de los protagonistas de la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad.

El movimiento, compuesto por unas 600 personas, familiares de desaparecidos y asesinados, que ha viajado por varios estados de México para transmitir con urgencia la necesidad de un cambio en la estrategia de seguridad.

Su historia en el activismo

Julián Lebaron se integró al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, fundado por el poeta Javier Sicilia, que recorrió casi todo el país en la Caravana del Dolor para reunirse con miles de víctimas de la violencia.

Lebaron se retiró del Movimiento y durante casi una década se concentró en su comunidad. Pero en varios momentos denunció amenazas y agresiones de narcotraficantes.

En días pasados, Sofía, hija de Julián Lebaron fue víctima de un secuestro virtual en la comunidad de Nuevo Casas Grandes, Chihuahua, informó Adrián Lebaron, quien además agradeció a las personas por difundir la fotografía de su sobrina, la cual ya se encuentra en casa.

La adolescente estaba en la escuela y tuvo que salir pues recibió una llamada; a partir de ahí la comenzaron a extorsionar.

“Nos duele la impunidad y que no haya justicia; duele que aunque hayamos sido víctimas de la ola de violencia se nos criminalice y se nos revictimice” Adrián Lebaron.

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