Desde este jueves, el estado rige de excepción y el presidente Lenín Moreno corroboró la quita de subsidios a los precios del combustible, medidas que desató movilizaciones violentas por todo el país.

Hoy, Ecuador afronta su segundo día de estado de excepción decretado por el Gobierno, mientras siguen las manifestaciones que estallaron por la eliminación de subsidios a los combustibles, referente al acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los datos hasta el mediodía de hoy, la ministro de Gobierno, María Paula Romo, informó de que 59 policías resultaron heridos en las protestas.

TAmbién, cifró en 350 las personas detenidas desde que iniciaron las manifestaciones, entre ellas dirigentes del transporte en Quito y en el sur del país.

En diversos puntos de concentración de manifestantes en Quito, como en el parque El Ejido, hubo enfrentamientos con policías este viernes.

Lenín Moreno, jefe del Estado dijo: “El día de hoy, la casi totalidad de Ecuador está haciendo sus actividades en paz”.

La respuesta inmensa, mayoritaria del pueblo ecuatoriano para apoyar una decisión valiente del Gobierno”, en cuanto a la eliminación de los subsidios a los combustibles tras lo cual el valor del galón de diésel pasó de 1.03 dólares a 2.27, mientras que el de la gasolina conocida como “extra”, la de mayor consumo en el país, se elevó de 1.85 a 2.30 dólares.

Amparados en el estado de excepción, los militares despejaron este viernes las carreteras donde manifestantes protestaban por el alza del precio de los combustibles.

En el norte de la provincia de Pichincha, cuya capital es Quito, manifestantes agredieron vehículos en los que se transportaban los militares, rompiendo varias de sus ventanas.

Alfredo Tutillo, presidente de una comunidad de parroquia de Cangahua del cantón Cayambe, informó a EFE de que militares lanzaron bombas lacrimógenas en el sitio donde estaban reunidos los indígenas, los que provocó heridas a doce personas, dos de ellas de gravedad, que fueron trasladadas a hospitales en Quito.

La Policía, por su lado, dispersó con gas lacrimógeno a quienes bloquearon vías con neumáticos en llamas, así como con palos y piedras, en el norte de Quito.

En la capital ecuatoriana los ciudadanos se movilizaron a pie o en transporte metropolitano, en una jornada en la que también circularon autobuses de militares para apoyar a la ciudadanía.

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