El llamado “Siervo de la Nación” destacó como Jefe Insurgente en la 2ª etapa de la Guerra de Independencia y como autor del documento Sentimientos de la Nación.

Un día como hoy pero de 1815, en San Cristóbal Ecatepec fue fusilado el sacerdote, militar y político de la nueva España, Don José María Morelos y Pavón, quien fue juzgado por la inquisición tras haber sido capturado en Temalaca el 5 de noviembre por su participación en la Guerra de Independencia.

José María Morelos y Pavón vio la primera luz en Valladolid, hoy Morelia, el 30 de septiembre de 1765, como hijo de José Manuel Morelos, carpintero y de Juana María Guadalupe Pérez Pavón, esta última, criolla hija de un maestro de escuela, nació en la antigua villa mexicana de Valladolid.

Morelos, estudió durante los primeros años de su vida con su abuelo paterno, para posteriormente abrazar la carrera de sacerdote en el Colegio de San Nicolás, entró al seminario de Valladolid donde se graduó y fue nombrado cura de Carácuaro, donde permaneció hasta 1810.

Iniciada la Guerra de Independencia fue comisionado por Miguel Hidalgo, el 20 de octubre de 1810 en Charo, Michoacán, como jefe insurgente en el sur de México.

Desde 1811 y hasta el inicio de su declive militar en 1814, Morelos, ayudado por sus lugartenientes, logró conquistar la mayor parte del sur del país y una parte del centro, en la región del actual estado de Morelos, donde se desarrolló, entre el 9 de febrero y el 2 de mayo de 1812, su acción militar más famosa, el Sitio de Cuautla, en la ciudad homónima, que lo convirtió en el principal enemigo del ejército realista.

Morelos, organizó el Congreso de Anáhuac, el primer cuerpo legislativo de la historia mexicana, cuyas sesiones tuvieron lugar en Chilpancingo (actual Estado de Guerrero), donde presentó el documento denominado los Sentimientos de la Nación. Posteriormente el Congreso aprobó el 22 de octubre de 1814, en Apatzingán, la primera Constitución de México.

Tras varias derrotas, fue capturado el 5 de noviembre de 1815 en Temalaca, por el coronel Manuel de la Concha, juzgado por la Inquisición y finalmente fusilado en San Cristóbal Ecatepec, el 22 de diciembre de 1815.

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