Francia.- El tribunal de Apelación de Haute-Vienne Assize ha condenado a una mujer a cinco años de prisión –una pena más severa que la dictada en primera instancia– por esconder durante dos años a su bebé en el maletero de su coche.

La niña, llamada Serena y tiene ahora ocho años, sufre por esa circunstancia una discapacidad permanente. Después de cuatro horas de deliberación, el tribunal también ha ordendo un seguimiento socio judicial de Rosa María Da Cruz durante seis años. La mujer además ha perdido la patria potestad de la menor .

Da Cruz, de 51 años, fue condenada en noviembre de 2018 a cinco años de prisión, de los cuales tres fueron suspendidos.

El caso salió a la luz después de que el 25 de octubre de 2013 unos mecánicos abrieran el maletero del coche que les llevó Da Cruz al taller de la localidad de Terrasson Lavilledieu. Lo hicieron porque escucharon una especie de gemidos. En presencia de la madre, descubrieron a Séréna, una niña que estaba desnuda con aspecto muy descuidado, rodeada de excrementos y de bolsas en un ambiente pestilente.

Los servicios de emergencia que acudieron a prestar los primeros auxilios dijeron que podría haber muerto en media hora de seguir cerrada allí.

Había nacido el 24 de noviembre de 2011 en Brive la Gaillarde al término de un embarazo que Da Cruz ocultó a todo el mundo, incluido al progenitor, Domingos Sampaio Alves, según las conclusiones de la instrucción. Por eso las sospechas iniciales contra él quedaron archivadas y no se sienta en el banquillo.

La defensa de la madre, que tiene otros tres hijos, afirma que hay que entender la situación porque se negaba a sí misma «hasta el extremo» su propio embarazo, del que sostiene no haberse dado cuenta hasta el octavo mes de gestación.

Desde el nacimiento dejó a la bebé en una sala del sótano de su vivienda pero cuando un tiempo después su pareja perdió el trabajo y pasaba mucho tiempo en casa, la tenía la mayor parte del tiempo en el coche, porque Domingos no lo utilizaba ya que no conduce.

Séréna, que tiene ahora 8 años y vive con otra familia a la que las autoridades han atribuido su tutela, es incapaz de hablar y sufre un síndrome de autismo irreversible, situación que, según un informe judicial médico, está directamente relacionada con las condiciones que tuvo en sus dos primeros años de vida.

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