El Batallón Azov es una de las fuerzas militares más conocidas de Ucrania, el último bastión en la ciudad de Mariupol (donde tiene su sede) y que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, quiere eliminar.

El grupo militar es uno de los objetivos -si no es que se trata de uno de los motivos– de la invasión que lanzó Putin sobre Ucrania, en lo que Rusia siempre ha llamado “operación militar especial” que entre sus metas tiene “desnazificar” al país atacado.

¿Qué es el Batallón Azov?

  • También llamado “Destacamento de Operaciones Especiales Azov” o “Regimiento Azov”, es una unidad militar especial que está catalogada como fuerza de reserva del Ejército ucraniano.
  • Nació el 5 de mayo del 2014 con voluntarios, mayormente ucranianos -muchos relacionados con las barras de aficionados de varios equipos de fútbol- aunque también de otros países, como de Croacia, para hacer frente durante la guerra civil a las fuerzas de Rusia y los separatistas prorrusos en la región del Donbás (este de Ucrania).
  • A la fecha reportaba esta temida unidad contar con alrededor de 3 mil integrantes, mayormente ubicados en la ciudad de Mariupol. Su nombre lo deben al mar de Azov que toca las playas de Mariupol.
  • En tan sólo meses la unidad de voluntarios tomó mayor tamaño y formalmente ingresó a la Guardia Nacional de Ucrania (la fuerza de reserva) que está bajo las órdenes directas del Ministerio de Interior del gobierno ucraniano.
  • En aquel 2014 participó en la Batalla de Mariupol, ciudad en Donetsk (en el Donbás), lugar donde ahora tiene su sede.
  • Ha estado desde entonces y hasta la fecha en la guerra del Donbás contra las fuerzas separatistas apoyadas por Rusia.

El último bastión en Mariupol.

El 21 de abril de este 2022 las fuerzas rusas declararon que tomaron el control de la ciudad de Mariupol, su victoria más importante hasta la fecha en la guerra contra Ucrania.

Aunque en la toma de Mariupol quedaron aún las fuerzas de Azov y otros grupos de la defensa de Ucrania que se refugiaron en la planta siderúrgica de Azovstal, complejo industrial que ha sido asediado desde entonces por varios ataques rusos y de separatistas de la “República Popular de Donetsk”.

Este 7 de mayo reportó el gobierno ucraniano que lograron desalojar a todas las mujeres, niños y adultos de edad avanzada de Azovstal, aunque se quedaron soldados, entre ellos miembros de Azov, muchos de los cuales están heridos e incluso resguardan los cuerpos de combatientes caídos.

La fuerza que Putin quiere desaparecer.

Cuando Putin anunció por televisión pública la “operación especial” que resultó en invasión y bombardeo a gran escala de Ucrania, dijo que quería “desnazificar” al país, al criticar la presencia de “neonazis” en el gobierno y el ejército.

Tan sólo un día después de la invasión, Putin pidió al Ejército de Ucrania que “tomara el poder” en la capital Kiev para derrocar al presidente Volodimir Zelenski.

Expresó Putin que era “más fácil” negociar con el Ejército ucraniano que hacerlo con el gobierno de Zelenski que tildó de “banda de neonazis y drogadictos”.

Y se refirió sobre Batallón de Azov en un mensaje al ejército ucraniano: “Hago un llamamiento a las Fuerzas Armadas de Ucrania: No permitan que los neonazis y miembros de Bandera utilicen a sus hijos, sus esposas y a los ancianos como escudos humanos. Tomen el poder en sus manos”.

Putin ha intentado relacionar a grupos nacionalistas, entre ellos el batallón, con los grupos militares que siguieron al político ucraniano Stepán Bandera, quien trató de conseguir la independencia de su país del control de la entonces URSS.

¿Son neonazis?

Afirman sus miembros que no, aunque ese calificativo lo ha usado el Kremlin para incluso justificar la guerra en Ucrania.

Aunque en los inicios de su fundación había denuncias dentro de Ucrania donde advertían que Azov estaba compuesto por “neonazis” y al criticar su símbolo parecido al de las SS, el grupo tuvo una reestructura para lograr dos cosas: despolitizar la unidad militar y limpiar su imagen.

Aunque permanecen las críticas y señalamientos internacionales por no despolitizar completamente al regimiento.

Su símbolo es la conocida insignia Wolfsangel, una antigua trampa para lobos con forma de cruz, con olas que representan el mar de Azov (al cual le deben su nombre) y el emblema del gobierno ucraniano. El símbolo de la trampa de lobos finalmente es lo que visualmente más controversia ha levantado, aunque este objeto data incluso de 1714, según reportes.

Esther Yáñez, corresponsal de Televisa en Ucrania, tuvo la oportunidad de entrevistar a uno de los integrantes del batallón y preguntó si eran “neonazis” como critican Rusia e incluso políticos y gobiernos de otros países.

A lo que el soldado, llamado Volodimir, contestó que “no”, que no eran neonazis. “Cada persona que viene y conoce a nuestro regimiento entiende que es solo una cosa de habla. Azov es muy potente en el Ejército y es por miedo a no poder hacer nada que hablan esas cosas”.

Reveló que entró al Batallón Azov “porque quería defender a mi país y así voy a hacerlo”. Su única intención ahora “es ganar” a Rusia en la guerra.

El presidente Volodimir Zelenski, quien incluso es judío, otorgó con motivo de la invasión rusa el pasado 19 de marzo el título de ‘Héroe de Ucrania’ a el mayor Denys Prokopenko, comandante en Mariupol del Batallón Azov.

Los testimonios de ucranianos.

“El batallón Azov forma parte de la Guardia Nacional de Ucrania, ya no es una unidad paramilitar. La conexión con políticos extremistas forma parte de la historia”, opinó recientemente Volodimir Fesenko, analista político en Kiev citado por medios internacionales.

Los miembros del regimiento atrincherados en Azovstal “se van a quedar ahí hasta morir” y “tienen un gran valor”, dijo entrevistada Khrystyna Shemshuk.

Una mujer llamada Mitroshchenko sostuvo que “si no fuera por los combatientes de Azov, seguramente podríamos haber tenido aquí otro Bucha”, localidad en la región de Kiev donde tropas rusas masacraron a más de 400 y por lo que ha recibido Moscú acusaciones de horrores y crímenes de guerra.

Taras Tokovyi, empresario de Kiev de 32 años de edad, subrayó que si los integrantes de Azov “tuvieran una ideología radical, habrían sido expulsados del ejército. Yo no veo ningún radicalismo de extrema derecha en ellos”, puesto que “son simplemente héroes ucranianos”.

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