La interna comprende La situación laboral del policía, su preparación, su desarrollo, su estabilidad, su seguridad social y la de su familia.
La externa consiste en la seguridad que nos impacta directamente a todos, así como la imagen que proyecta la Dirección de Seguridad Pública Municipal.
Al policía se le debe brindar mayor capacitación y a mayor capacitación, un mejor salario; deben existir becas para que sus hijos puedan estudiar en colegios privados y becas para que ellos puedan cursar sus licenciaturas o posgrados.
Deben tener sueldos competitivos, incentivos económicos tabulados, un comedor con alimento balanceado, un campo de tiro virtual y un CEDIPOL en el sur.
A su vez, para reducir los índices delictivos debemos ingresar al esquema de arrendamiento financiero para la adquisición de patrullas.
Esto nos libera del desembolso tan fuerte para la compra de estos bienes y además impide que la flotilla vehicular envejezca. Habrá patrullas nuevas, más funcionales y eficientes con un menor gasto.
También la tecnología para la vigilancia y combate a la delincuencia debe entrar en el esquema del arrendamiento financiero por las mismas razones. Tendremos tecnología de punta, una ciudad mejor vigilada, más segura, y a un menor costo, esto a la par de la instalación de subcomandancias distritales que cuenten con un centro de mando para monitorear el polígono, prevenir el delito y acercar el policía al ciudadano.
La Dirección de Seguridad Pública debe dejar de ser la vía rápida para hacer negocios de la administración municipal, como ahora sucede, para convertirse en una Dirección que adquiera lo que el policía necesita para cumplir con su función, no le que el proveedor quiere vender. No más negocios al amparo de la seguridad.
En mi Gobierno habrá seguridad en serio.